Estas son algunas noticias de interés para personas con discapacidad visual que encontramos en la web y que difundimos a través de nuestras redes sociales. Aquí las presentamos tomadas de nuestra página en Facebook.
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Por lo general, esto sucede porque el propietario solo compartió el contenido con un grupo reducido de personas, cambió quién puede verlo o este se eliminó.Fotos de la publicación de Bibliociegos
¿Conoces de...?
Ferias de empleo y la exclusión de las personas con discapacidad visual.![]()
Durante todo el año se realizan ferias de empleo que se presentan como espacios de oportunidades, crecimiento y acceso al trabajo. Sin embargo, para muchas personas con discapacidad visual, especialmente para las personas ciegas totales, la realidad es otra: el acceso al empleo continúa marcado por barreras que no siempre se nombran.
Las ferias de empleo suelen anunciarse como abiertas, inclusivas y comprometidas con la diversidad. Pero en la práctica, muchas de ellas siguen diseñándose exclusivamente para quienes pueden ver. La información se ofrece en pantallas sin alternativas accesibles, los procesos de registro dependen de plataformas digitales que no cumplen criterios de accesibilidad, y la orientación dentro del espacio resulta inexistente para una persona ciega.
A esto se suma una situación tan frecuente como frustrante: se recogen currículums, se prometen contactos posteriores y se habla de procesos de selección que continuarán después del evento. Sin embargo, en muchos casos, esas llamadas nunca llegan. Para las personas con discapacidad visual, el silencio posterior se convierte en otra forma de exclusión, más discreta, pero igual de efectiva.
No se trata de casos aislados. Se trata de una exclusión estructural que se repite una y otra vez. El personal organizador, en muchos casos, no cuenta con la formación necesaria para brindar apoyo adecuado. No existen materiales en formatos accesibles ni estrategias claras para garantizar la participación autónoma de las personas con discapacidad visual.
Tampoco se puede dejar de mencionar a ciertas empresas y consultoras que, según sus propios directivos, se dedican a apoyar la selección de personas con discapacidad para otras compañías. En el discurso, la inclusión es central. En la práctica, ocurre lo mismo que en muchas ferias de empleo: las personas con discapacidad visual quedan fuera de los procesos, como si no formaran parte del universo de talento que dicen promover.
Puede que este señalamiento incomode. Puede que a algunas organizaciones les provoque cierta urticaria verse reflejadas en estas palabras. Pero nombrar estas realidades no es un ataque; es una necesidad. Porque cuando la exclusión se repite en distintos espacios con los mismos resultados, deja de ser un error y pasa a ser un patrón.
Esta realidad no habla de falta de capacidad ni de preparación profesional. Las personas con discapacidad visual estudian, se forman, adquieren experiencia y buscan empleo como cualquier otra persona. Lo que falla es el entorno. Cuando un espacio no es accesible, no está siendo neutral: está excluyendo.
La inclusión laboral no puede reducirse a discursos bien intencionados ni a campañas temporales. Requiere planificación, compromiso y responsabilidad. Requiere entender que la accesibilidad debe incorporarse desde el diseño y no añadirse como un gesto posterior. Sin accesibilidad, las ferias de empleo y los procesos de intermediación laboral no abren puertas; las cierran.
Desde Voces de la Discapacidad es necesario insistir en estas realidades, incluso cuando el contexto invita al silencio o a los mensajes cómodos. Nombrar la exclusión es el primer paso para dejar de normalizarla. Callarla solo perpetúa la desigualdad.
Este artículo no pretende cerrar debates, sino mantenerlos abiertos. Porque mientras existan espacios laborales que excluyen a las personas con discapacidad visual, seguirá siendo imprescindible cuestionarlos y exigir cambios reales.![]()
“La accesibilidad no es un complemento: es la base de la inclusión laboral.”
Fotos de la publicación de Fundación ONCE
“Protegerte”.
¿Protegerte de qué, exactamente?![]()
¿De que una persona con discapacidad te pida su receta o sus indicaciones médicas en un formato accesible y te exija cumplir con tu obligación profesional?
¿De que una persona requiera una explicación clara, en lenguaje sencillo, sobre un procedimiento médico, y tú no tengas la disposición ni las habilidades para darla?
¿O protegerte, en realidad, de que alguien te confronte por no brindar una atención digna y sin prejuicios?![]()
Porque eso es lo que realmente se lee cuando alguien afirma que no atiende a personas mayores ni a personas con discapacidad si no acuden con un acompañante.![]()
Leí este mensaje y me dejó pensando profundamente, porque lo que se dice ahí no es una opinión ni un “criterio médico”: es discriminación expresa.![]()
Afirmar que no se atiende a personas mayores o a personas con discapacidad si no van acompañadas parte de prejuicios muy arraigados: la idea de que no comprenden, que no pueden decidir, que no pueden consentir, o que automáticamente pierden autonomía.
Nada de eso es cierto.![]()
Este tipo de mensajes no solo excluyen: imponen barreras.
Barreras que desacreditan la capacidad jurídica de las personas, es decir, su derecho a decidir por sí mismas, a comprender información, a consentir tratamientos y a ejercer plenamente sus derechos.![]()
Ni la vejez ni la discapacidad implican, por sí mismas, incapacidad para entender, decidir o ejercer derechos. Sin embargo, cuando se exige obligatoriamente que una persona mayor o una persona con discapacidad “lleve acompañante”, lo que se está diciendo es: no te creo capaz, no confío en tu decisión, no reconozco tu autonomía.![]()
Y esto es todavía más grave si pensamos en algo que parece no considerarse nunca:
hay muchas personas mayores y personas con discapacidad que viven solas, que no tienen a alguien disponible para acompañarlas, y a quienes se les impone esa condición simplemente porque a alguien “no se le da la gana” atenderlas.
Eso no es protección: es exclusión.![]()
Aquí hay algo clave: la discriminación no siempre es un insulto, muchas veces es una negación de derechos basada en una condición personal.
Eso ocurre cuando se niega la atención médica, cuando se desacredita la capacidad de decidir o cuando se imponen condiciones que no se exigen a otras personas.![]()
En México, la discriminación por discapacidad y por edad está prohibida por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El artículo 1° constitucional establece que queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición de salud o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.![]()
Las leyes establecen que las personas con discapacidad y las personas mayores tienen derecho a recibir atención médica en igualdad de condiciones, con trato digno y sin exclusiones. La Ley General de Salud obliga a que los servicios de salud se presten conforme a principios de dignidad, respeto a los derechos humanos, ética profesional y no discriminación. Esta ley debe interpretarse de manera armónica con la Constitución y con los tratados internacionales en materia de derechos humanos.![]()
Además, México es parte de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, un tratado internacional con jerarquía constitucional, que reconoce expresamente la capacidad jurídica de las personas con discapacidad y obliga a garantizar servicios de salud sin discriminación, respetando su autonomía, su voluntad y sus decisiones, así como a proporcionar la información médica de forma accesible y comprensible.![]()
Negarse a cumplir con estas obligaciones no es neutral: es crear barreras de acceso. Y crear barreras por motivo de discapacidad o edad también es discriminación.![]()
Y hay que decirlo con claridad:
el sector salud es uno de los sectores más discriminatorios para las personas con discapacidad y para muchas personas mayores.
Lo sé por experiencia propia y por las innumerables experiencias de otras personas que han enfrentado prejuicios, negaciones, trato infantilizante y exclusión en servicios médicos.![]()
Por eso indigna tanto que todavía hoy se presuma públicamente la discriminación, y que muchas veces nadie diga nada.![]()
Cuando este tipo de mensajes se dicen de forma pública y generalizada, el daño es mayor, porque normalizan la exclusión y refuerzan la idea de que hay personas cuya autonomía, decisiones y vidas valen menos.![]()
Esto no es un asunto de sensibilidad ni de opiniones personales: es un tema de derechos humanos.
Y guardar silencio frente a la discriminación también la perpetúa.![]()
Ayúdame a compartir esta información.![]()
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Aaron Enrique Ruiz Nieves
Puerto Cabello 03/04/2017
Mi nombre es Aaron Enrique Ruiz Nieves C.I 11.747.391 vivo en Puerto Cabello Edo Carabobo, Parroquia Juan José Flores Calle Principal Barrio La Cruz Casa nº 44
Por medio de la presente me dirijo ustedes para saludarlo y desearles que sigan teniendo muchos éxitos.
En impresora necesidad de hacer de su conocimiento, que soy un ciudadano porteño que por haber sufrido hace 20 años, un accidente por arma de fuego debido a un atraco, me encuentro discapacitado en estado paraplejia motora, y necesito con suma urgencia una silla de rueda. La silla de rueda la que yo tengo está dañada y un cojín Anti escara Maca Roho.
Me despido con saludo Revolucionario, y espero su pronta respuesta.
Atentamente
Aaron E Ruiz N.
C.I. 11.747.391
TLF. 0242-3650007
0426-0480119
Hola Aaron. Ciegos Venezuela es un sitio web sobre discapacidad visual, no motora. Sin embargo, Respondimos a tu comentario anterior en otra de nuestras páginas. Allí puedes leer nuestra respuesta, escrita por nuestro editor.